Megacamiones, megatrucks o tren de carretera. Varias denominaciones para un método de transporte que, sobre el papel, está llamado a reinar en las autovías del futuro. Sin embargo, a día de hoy, el tren de carretera sigue contando con detractores, trabas y dudas. Analizamos su situación para comprender su problemática.
¿A qué llamamos tren de carretera?
Entender a qué hacen alusión los citados términos parece sencillo. Hablamos de camiones de transporte de grandes dimensiones compuestos por una cabeza tractora y varios remolques y semi-remolques. Su apariencia exterior guarda mucha similitud con los trenes de mercancías, de ahí que se los conozca como tren de carretera.
En comparación con los camiones tradicionales, los trenes de carretera pueden llegar a alcanzar los 25,5 metros de longitud (frente a los 18,75 de los camiones) y las 60 toneladas de peso (frente a las 40 máximas de los camiones).
¿Conlleva beneficios?
La respuesta a la pregunta sobre los beneficios de la mano del tren de carretera es tajante: sí. Evidentemente contar con mayor espacio para la mercancía a transportar en cada trayecto, aumenta la eficiencia. De hecho, los expertos estimaron en 2017 un ahorro total de 10.000 millones de euros para el mercado español de la mano de este método de transporte (1,1€ por vehículo por kilómetro).
Pero claro, para cumplirse dichos pronósticos la incorporación del tren de carretera a las empresas españolas debía realizarse a un ritmo diferente del que parece que se está siguiendo.
El tren de carretera en la actualidad
Echando un ojo a los datos actuales, no se puede negar que las empresas españolas cuenten con interés por este medio de transporte. Tampoco se puede negar que no hemos alcanzado el ritmo de integración anunciado en los primeros compases. Los datos relativos al ejercicio 2017 reflejan la concesión de hasta 306 autorizaciones para el uso de trenes de carretera, aunque significativamente el 85% de esas autorizaciones fueron a parar a compañías de la provincia de Zaragoza.
¿Por qué las empresas de Zaragoza apuestan tan fuerte por los megacamiones y el resto de España no? Una posible explicación la encontramos en las rutas de las que disfrutan los empresarios de esta región y las limitaciones que podemos encontrar en el resto.
Puntos de vista encontrados
Al fin y al cabo, la mayoría de voces del sector coinciden al señalar la mejora que este tipo de vehículos aportan al trabajo diario. La pelota parece estar ahora en el tejado de las autoridades, que aún imponen limitaciones y que también podrían aportar ‘algo más’ a la hora de incentivar la introducción de este tipo de vehículos.
David Barrio, representante de la industria del papel, indica que su sector empresarial no está echando mano del tren de carretera, principalmente debido a que “…tampoco todas las empresas tienen espacio suficiente para que estos vehículos se puedan mover”.
Ramón Valdivia, director general de Astic, se muestra escéptico y sorprendido, ya que los datos del tren de carreteras suponen “…un dato anecdótico si se compara con los más de dos millones de viajes en términos generales realizados en un camión estándar. Para su implantación se necesita una fuerte inversión y un pacto entre la empresa de transporte y el cargador. Es increíble que, reconocida la eficiencia de los megacamiones, se le ponga limitación a su capacidad como es no poder cruzar fronteras dentro de la Unión Europea, sabiendo que estamos en un momento de falta de conductores”.
Es un hecho constatado que el sector logístico vive en una constante búsqueda de optimización y mejora de la eficiencia, ya sea a través del transporte intermodal, o Short Sea Shipping, o de los cada vez más populares, trenes de carretera. Por otro lado, cada vez són más las empresas que mejoran y estructuran sus cadenas de suministro para tener un mejor previsión acerca de las necesidades de transporte de sus mercancías.