¿Qué o cuánto sabes de marketing internacional? En el mercado actual, no hay empresa que se precie que no haya valorado los conceptos de internacionalización y globalización.
El desarrollo de las comunicaciones nos ha permitido ver que, en determinados ámbitos, podemos encontrar gente con más puntos en común en China que a la vuelta de la esquina. Aplicar esto al mercado significa que nuestro producto puede funcionar mejor al otro lado del océano que en el mercado local, pero para tener una respuesta certera a esa incógnita es necesario el marketing internacional.
¿Qué entendemos por marketing internacional?
Viviendo en la sociedad de los tecnicismos y de los términos importados en lengua extranjera, toparnos con ciertas alocuciones lleva, a veces, a un territorio opaco o desconocido. El «Marketing internacional» sufre de esto en opinión de muchos. Con este artículo nosotros vamos a tratar de poner fin a ese problema.
Vamos a eliminar esa capa de solemnidad y vamos a meter las manos en la masa para que, no solo entiendas qué es y qué técnicas engloba, sino también cómo puede ayudar al desarrollo de tu empresa/producto el marketing internacional.
Bajo dicha unión de palabras no se esconde otra cosa que una serie de técnicas o métodos de gestión empresarial. Técnicas centradas en analizar las oportunidades de beneficio que una empresa puede encontrar en los mercados exteriores y, en función, de la competencia internacional que pueda existir (actualmente o en un marco de futuro cercano).
El marketing internacional debe ser entendido como un plan de aplicación en constante evolución. Un análisis inicial profundo será necesario y esencial para su aplicación, pero del mismo modo, un análisis de los resultados obtenidos será también necesario para retroalimentar nuestros estudios y tácticas y adaptarlas al mercado objetivo, que ya sabemos que se encuentra siempre en evolución constante.
Entendido ese ciclo de retroalimentación, debemos conocer que en el marketing internacional participan una serie de variables sobre las que la empresa tiene control: capacidad de producción, I+D, capacidad financiera, conocimientos de marketing y actitudes personales, pero también juegan su papel una serie de variables sobre las que la empresa no puede ejercer control: competencia internacional y los marcos económico, cultural, legal y político que se deban enfrentar en cada caso.
Internacionalización: tomar la decisión
Como nuestra empresa no va a tener incidencia sobre las variables que no podemos controlar, lo mejor es centrarse en las cosas que sí podemos organizar y las variables sobre las que podemos incidir. Una de las que mejor atañe al marketing internacional es la toma de decisión sobre internacionalizarse o no.
Es cierto que pensar globalmente parece, en la gran mayoría de los casos, una ventaja de partida para cualquier empresa. Actualmente incluso encontramos compañías que nacen desde el primer momento con esa vocación y carácter internacional. Sin embargo, antes de apostar por el mercado internacional, debemos tener en cuenta una serie de factores que determinarán la idoneidad de nuestra decisión:
Capacidad productiva: existen ciertos productos cuyo pico de ventas se produce en una determinada época del año. Si tenemos en cuenta la diferencia de hemisferios y cambio de climatología, una buena estrategia de marketing internacional puede ayudarnos a mejorar el rendimiento de nuestra capacidad productiva.
Mercado más amplio: la internacionalización también nos lleva a acceder a segmentos de mercado específicos. De la mano de esta ‘presencia alargada’, también podemos llegar a alargar el ciclo de vida de nuestros productos.
Mejora de la imagen: generalmente una presencia más extendida suele ser sinónimo de empresa solvente y de garantías.
Diversificación de riesgos: una presencia internacional en varios mercados ayuda a relajar el riesgo global al que hace frente la compañía, pues los eventuales malos resultados en una zona geográfica pueden ser paliados o sostenidos por otro territorio en el que nuestros resultados sean positivos.
Marketing internacional: elección del mercado objetivo
Aunque parezca un contrasentido, obtener buena información en la actualidad es complicado. Estamos bombardeados de noticias, rumores, falsas informaciones, etc.
Es posible por todo eso que, al momento de pensar en la internacionalización, solo se nos ocurran un número reducido de territorios a los que exportar nuestro producto. Para rebatir esta información basta con saber que actualmente existen en el mundo en torno a 80 países con potencial de compra elevado.
«Existen en el mundo en torno a 80 países con potencial de compra elevado»
Lo expuesto arriba no es una idea para añadir más confusión a tu decisión, sino una muestra para justificar lo necesario que puede llegar a ser disponer de un sistema de información de marketing que nos ayude a seleccionar los mejores mercados objetivo para nuestra compañía.
Acceso a los mercados objetivo
Una vez determinado el territorio o territorios en los que nos interesa introducir nuestro producto, comienza un nuevo estudio para determinar el método de entrada adecuado. Por norma general, cualquier nuevo territorio viene acompañado de barreras y dificultades de acceso (legales, idiomáticas, geográficas o culturales). Entre las formas de acceso por las que podemos optar encontramos:
Exportación directa: es el departamento de exportación de la propia empresa quien dirige las operaciones para llegar al cliente final.
Exportación indirecta: se apuesta por intermediarios (agentes, distribuidores) para llegar al cliente final.
Acuerdos de cooperación: búsqueda de socios en mercados exteriores para establecer una relación comercial a largo plazo (bajo el formato de joint venture, franquicia o licencia de venta).
Implantación exterior: en el caso de que la empresa opte por establecerse por sí misma en el mercado objetivo (creando una delegación o filial comercial, por ejemplo).
Adaptación al mercado: Marketing Mix
Siguiendo con el proceso de internacionalización, la última fase de decisión de la mano del marketing internacional es la adaptación al mercado a la que tendremos que exponer a nuestro producto. En este sentido, los expertos tienen en cuenta el denominado marketing-mix:
Producto: debemos estudiar la adaptación del mismo a la normativa legal y exigencias del territorio de destino.
Precio: los costes logísticos y poder adquisitivo en destino marcarán nuestra política de precios.
Distribución: analizar cuál es el canal más favorable para la distribución adecuada de nuestro producto.
Comunicación: adaptación de la presentación y publicidad de nuestro producto al mercado objetivo.
Marketing internacional y marketing digital
Ahora que ya conoces cómo funciona el marketing internacional y lo que puede aportar al crecimiento de tu empresa, es también momento para que descubras la importancia que el marketing digital puede tener en toda tu estrategia de internacionalización.
El marketing digital internacional es la herramienta comercial más potente con la que cuenta cualquier empresa exportadora. ¿Por qué? Pues porque la mayoría de compradores profesionales acude hoy día a Internet para buscar información sobre proveedores y productos. Huelga decir que si no estamos en la Red es como si no existiéramos, del mismo modo que si logramos tener una fuerte presencia digital, seremos también más competitivos en el mercado de exportación.
Dependiendo de las necesidades y proyectos de tu empresa, podrás optar por desarrollar una estrategia digital propia o delegar esta misión a una agencia especialista externa. Esta segunda opción es la más popular entre la mayoría de empresas, sobre todo porque nos permite ahorrar esfuerzos y confiar el trabajo a profesionales que se encargan de estar al día de todos los cambios y necesidades de Internet (un medio que evoluciona y cambia a gran velocidad).
¿Qué es el Marketing Internacional?
¿Qué o cuánto sabes de marketing internacional? En el mercado actual, no hay empresa que se precie que no haya valorado los conceptos de internacionalización y globalización.
El desarrollo de las comunicaciones nos ha permitido ver que, en determinados ámbitos, podemos encontrar gente con más puntos en común en China que a la vuelta de la esquina. Aplicar esto al mercado significa que nuestro producto puede funcionar mejor al otro lado del océano que en el mercado local, pero para tener una respuesta certera a esa incógnita es necesario el marketing internacional.
¿Qué entendemos por marketing internacional?
Viviendo en la sociedad de los tecnicismos y de los términos importados en lengua extranjera, toparnos con ciertas alocuciones lleva, a veces, a un territorio opaco o desconocido. El «Marketing internacional» sufre de esto en opinión de muchos. Con este artículo nosotros vamos a tratar de poner fin a ese problema.
Vamos a eliminar esa capa de solemnidad y vamos a meter las manos en la masa para que, no solo entiendas qué es y qué técnicas engloba, sino también cómo puede ayudar al desarrollo de tu empresa/producto el marketing internacional.
Bajo dicha unión de palabras no se esconde otra cosa que una serie de técnicas o métodos de gestión empresarial. Técnicas centradas en analizar las oportunidades de beneficio que una empresa puede encontrar en los mercados exteriores y, en función, de la competencia internacional que pueda existir (actualmente o en un marco de futuro cercano).
El marketing internacional debe ser entendido como un plan de aplicación en constante evolución. Un análisis inicial profundo será necesario y esencial para su aplicación, pero del mismo modo, un análisis de los resultados obtenidos será también necesario para retroalimentar nuestros estudios y tácticas y adaptarlas al mercado objetivo, que ya sabemos que se encuentra siempre en evolución constante.
Entendido ese ciclo de retroalimentación, debemos conocer que en el marketing internacional participan una serie de variables sobre las que la empresa tiene control: capacidad de producción, I+D, capacidad financiera, conocimientos de marketing y actitudes personales, pero también juegan su papel una serie de variables sobre las que la empresa no puede ejercer control: competencia internacional y los marcos económico, cultural, legal y político que se deban enfrentar en cada caso.
Internacionalización: tomar la decisión
Como nuestra empresa no va a tener incidencia sobre las variables que no podemos controlar, lo mejor es centrarse en las cosas que sí podemos organizar y las variables sobre las que podemos incidir. Una de las que mejor atañe al marketing internacional es la toma de decisión sobre internacionalizarse o no.
Es cierto que pensar globalmente parece, en la gran mayoría de los casos, una ventaja de partida para cualquier empresa. Actualmente incluso encontramos compañías que nacen desde el primer momento con esa vocación y carácter internacional. Sin embargo, antes de apostar por el mercado internacional, debemos tener en cuenta una serie de factores que determinarán la idoneidad de nuestra decisión:
Marketing internacional: elección del mercado objetivo
Aunque parezca un contrasentido, obtener buena información en la actualidad es complicado. Estamos bombardeados de noticias, rumores, falsas informaciones, etc.
Es posible por todo eso que, al momento de pensar en la internacionalización, solo se nos ocurran un número reducido de territorios a los que exportar nuestro producto. Para rebatir esta información basta con saber que actualmente existen en el mundo en torno a 80 países con potencial de compra elevado.
Lo expuesto arriba no es una idea para añadir más confusión a tu decisión, sino una muestra para justificar lo necesario que puede llegar a ser disponer de un sistema de información de marketing que nos ayude a seleccionar los mejores mercados objetivo para nuestra compañía.
Acceso a los mercados objetivo
Una vez determinado el territorio o territorios en los que nos interesa introducir nuestro producto, comienza un nuevo estudio para determinar el método de entrada adecuado. Por norma general, cualquier nuevo territorio viene acompañado de barreras y dificultades de acceso (legales, idiomáticas, geográficas o culturales). Entre las formas de acceso por las que podemos optar encontramos:
Adaptación al mercado: Marketing Mix
Siguiendo con el proceso de internacionalización, la última fase de decisión de la mano del marketing internacional es la adaptación al mercado a la que tendremos que exponer a nuestro producto. En este sentido, los expertos tienen en cuenta el denominado marketing-mix:
Marketing internacional y marketing digital
Ahora que ya conoces cómo funciona el marketing internacional y lo que puede aportar al crecimiento de tu empresa, es también momento para que descubras la importancia que el marketing digital puede tener en toda tu estrategia de internacionalización.
El marketing digital internacional es la herramienta comercial más potente con la que cuenta cualquier empresa exportadora. ¿Por qué? Pues porque la mayoría de compradores profesionales acude hoy día a Internet para buscar información sobre proveedores y productos. Huelga decir que si no estamos en la Red es como si no existiéramos, del mismo modo que si logramos tener una fuerte presencia digital, seremos también más competitivos en el mercado de exportación.
Dependiendo de las necesidades y proyectos de tu empresa, podrás optar por desarrollar una estrategia digital propia o delegar esta misión a una agencia especialista externa. Esta segunda opción es la más popular entre la mayoría de empresas, sobre todo porque nos permite ahorrar esfuerzos y confiar el trabajo a profesionales que se encargan de estar al día de todos los cambios y necesidades de Internet (un medio que evoluciona y cambia a gran velocidad).