Analizamos el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión entre la UE y Estados Unidos – TTIP

Este es un título que has escuchado en repetidas ocasiones en noticias, pero aún no te termina de quedar claro, porque generalmente hay mucha burocracia de por medio y muchos términos técnicos que no conocemos, pero ahora traemos una entrega un poco más digerible del caso, para que podamos entender ampliamente todo lo que conlleva este nuevo tratado y cómo nos puede ayudar o afecta.

¿Qué es el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión?

Antes de nada, es necesario que conozcas el nombre abreviado del Acuerdo Transatlántico, que es TTIP, por sus siglas en inglés, no en español. Este tratado es algo que se está negociando entre el gigante norteamericano y la unión europea con un propósito, crear un mercado transatlántico real, que tenga más peso que el actual, que explote totalmente el potencial de Europa y todo lo que le puede dar a Estados Unidos y Viceversa.

Se pretende implementar reglamentos más accesibles a todos los comerciantes, para que las posibilidades de exportación e importación sean mayores y así se pueda abrir el mercado y con ello, crear nuevas empresas que generen nuevos empleos y subsistencia a miles de familia; ese es el principal objetivo, que se amplíe la oportunidad laboral.

Fases principales

Hay tres fases principales en el Acuerdo Transatlántico y todas van a ser llevadas a cabo de la mano, para que el resultado sea el esperado. La primera de todas es el “acceso al merado” y para lograrlo va de la mano con las “BNA” o sea Barreras No Arancelarias, que serán en sí, parte de la tercera fase, el “Reglamento”, todo ello junto, barreras que no se traten de aranceles sino de calidad y seguridad, por ejemplo, darán paso a mayor inversión y cumpliendo reglamentos, todo esto estará totalmente regulado y seguro.

¿Cómo se aprobaría?

En esta ocasión parce ser que los más interesados en que esto se construya son los Estados Unidos, ya que para que se lleve a cabo el Acuerdo Transatlántico la gran mayoría de lo que depende es de que la Unión Europea de el aval. Primero debe ser concluida la negociación con la “Comisión Europea” asignada a revisar cada cosa del acuerdo, luego, si la negociación finaliza, entonces será llevado ante el Consejo Europeo el resultado de las negociaciones de la comisión.

Al llegar al consejo, para continuar el proceso debe ser aprobada la negociación por exactamente un 55% de los estados involucrados; si eso ocurre, entonces pasará a ratificarse al Parlamento Europeo y desde ahí, entonces solo quedaría que cada parlamento nacional lo ratifique; por haber sido ya previamente ratificado por los Europeos en general, que los engloban, no podría cada país incluir enmiendas específicas, sería como un si obligatorio.

A pesar de que el acuerdo transatlántico puede afectar y ayudar a muchos ciudadanos en general y que la nación completa podría opinar al respecto, parece que no se ha previsto someter a ningún referéndum ciudadano el tema en toda la Unión Europea.

Riesgos generales e independientes

Ante un tratado tan grande como el Acuerdo Transatlántico definitivamente hay posibilidades de que las cosas vayan un poco mal y que de pronto las cosas puedan salirse de las manos de las naciones en específico y terminar dando más poder a ciertos grupos. Al tener el tratado sus propias normativas, las cuales según se sabe, en muchos casos discrepan de las de las naciones específicas, se deberán seguir las medidas firmadas en dicho tratado y no habrá forma, por la misma firma hecha, de que se haga algún reclamo o se lleve a cabo alguna acción judicial en contra de nadie.

Por el lado general es eso, pero por el lado de las afecciones específicas a los trabajadores mínimos, puede haber muchos posibles baches al aprobarse el Acuerdo Transatlántico, por ejemplo que en lo publicado de todos los documentos suscritos por USA, solo aparecen 2 de los 8 convenio de la OIT, lo que significa que los trabajadores estarían con menos derechos.

Incluso se ha visto que habría cierta posibilidad de que se reprima la representación de los trabajadores, es decir, los sindicatos; los sueldos serían más bajos y eso obviamente afectaría a los trabajadores de rangos bajos, a los de los altos no.

Estas son grosso modo las vistas generales del Acuerdo Transatlántico.

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