6 de marzo de 2018. Las imágenes de un gran incendio en la cubierta del buque Maersk Honam en medio del Mar Arábigo paralizan a la comunidad logística. Estamos ante uno de los peores accidentes en la historia moderna de los buques contenedores, un siniestro que se saldará con 5 víctimas mortales de la tripulación y propiciará una importante reflexión en el sector.
El Maersk Honam volverá a la vida activa, pero no bajo las mismas normas. La reflexión que hemos citado ha derivado en la creación de unos nuevos principios de seguridad (Risk Based Dangerous Goods Stowage), propuestos bajo la supervisión de la ABS (American Bureau of Shipping) y que deberían convertirse en un estándar para todo el sector del transporte con buques contenedores.
3 lecciones aprendidas del Maersk Honam
Los nuevos principios han sido pronunciados teniendo en cuenta la valoración de hasta 3.000 materiales peligrosos identificados por las Naciones Unidas. La idea principal reside en identificar los peligros que supone el transporte de ciertos materiales en buques contenedores a fin de minimizar riesgos y garantizar la seguridad tanto de los buques como del entorno medioambiental.
Los responsables de estas medidas han informado de que actualmente más de 750 buques, incluido el Maersk Honam, ya las han implementado en sus protocolos. Un cambio que podemos notar de la mano de las siguientes directrices:
Liberar de peligro las zonas más sensibles
Evidentemente, cuando se trata del transporte de mercancías peligrosas, es muy difícil garantizar al 100% la seguridad del transporte. Precisamente por esto se ha pasado a poner más énfasis en la distribución que se realiza del cargamento.
Siguiendo la normativa internacional marítima para el transporte de mercancías peligrosas (International Maritime Dangerous Goods Code), y basándose en experiencias previas como la del Maersk Honam, cualquier cargamento que figure en su listado no podrá ser almacenado en las proximidades de la planta propulsora principal. Dicha zona es considerada como espacio de alto riesgo, por lo que a partir de ahora se tratará de no dejar ‘cerillas’ cerca del fuego…
Distribución segura del cargamento
Del mismo modo, se recomienda una distribución de los contenedores según la cual el riesgo se mantenga bajo en la zona bajo la cubierta y en la zona media del buque, consideradas ambas como zonas sensibles.
Identificación numérica para delimitar zonas
La última recomendación a tener en cuenta propone un sistema de clasificación de contenedores por números. Dichas cifras estarían contempladas en el sistema de notificación de incidentes (CINS) aceptado por Naciones Unidas y se emplearían para proponer un ordenamiento de los contenedores en función del riesgo de cada zona del buque.
Por su parte, Maersk Line también ha anunciado que en los próximos meses revisará y dará a conocer un nuevo conjunto de buenas prácticas y recomendaciones para el almacenaje y transporte de mercancías peligrosas.
3 lecciones aprendidas del incendio del buque Maersk Honam
6 de marzo de 2018. Las imágenes de un gran incendio en la cubierta del buque Maersk Honam en medio del Mar Arábigo paralizan a la comunidad logística. Estamos ante uno de los peores accidentes en la historia moderna de los buques contenedores, un siniestro que se saldará con 5 víctimas mortales de la tripulación y propiciará una importante reflexión en el sector.
El Maersk Honam volverá a la vida activa, pero no bajo las mismas normas. La reflexión que hemos citado ha derivado en la creación de unos nuevos principios de seguridad (Risk Based Dangerous Goods Stowage), propuestos bajo la supervisión de la ABS (American Bureau of Shipping) y que deberían convertirse en un estándar para todo el sector del transporte con buques contenedores.
3 lecciones aprendidas del Maersk Honam
Los nuevos principios han sido pronunciados teniendo en cuenta la valoración de hasta 3.000 materiales peligrosos identificados por las Naciones Unidas. La idea principal reside en identificar los peligros que supone el transporte de ciertos materiales en buques contenedores a fin de minimizar riesgos y garantizar la seguridad tanto de los buques como del entorno medioambiental.
Los responsables de estas medidas han informado de que actualmente más de 750 buques, incluido el Maersk Honam, ya las han implementado en sus protocolos. Un cambio que podemos notar de la mano de las siguientes directrices:
Liberar de peligro las zonas más sensibles
Evidentemente, cuando se trata del transporte de mercancías peligrosas, es muy difícil garantizar al 100% la seguridad del transporte. Precisamente por esto se ha pasado a poner más énfasis en la distribución que se realiza del cargamento.
Siguiendo la normativa internacional marítima para el transporte de mercancías peligrosas (International Maritime Dangerous Goods Code), y basándose en experiencias previas como la del Maersk Honam, cualquier cargamento que figure en su listado no podrá ser almacenado en las proximidades de la planta propulsora principal. Dicha zona es considerada como espacio de alto riesgo, por lo que a partir de ahora se tratará de no dejar ‘cerillas’ cerca del fuego…
Distribución segura del cargamento
Del mismo modo, se recomienda una distribución de los contenedores según la cual el riesgo se mantenga bajo en la zona bajo la cubierta y en la zona media del buque, consideradas ambas como zonas sensibles.
Identificación numérica para delimitar zonas
La última recomendación a tener en cuenta propone un sistema de clasificación de contenedores por números. Dichas cifras estarían contempladas en el sistema de notificación de incidentes (CINS) aceptado por Naciones Unidas y se emplearían para proponer un ordenamiento de los contenedores en función del riesgo de cada zona del buque.
Por su parte, Maersk Line también ha anunciado que en los próximos meses revisará y dará a conocer un nuevo conjunto de buenas prácticas y recomendaciones para el almacenaje y transporte de mercancías peligrosas.