En la actualidad, cuando uno piensa en logística y en grandes volúmenes de mercancías, piensa en transporte marítimo. Algo normal teniendo en cuenta que esta vía se ha afianzado como la más eficiente. Ahora bien, ser la óptima no significa ser la única a tener en cuenta.El ya conocido como tren de mercancías, como Landbridge,…también supone una gran alternativa de comercio, sobre todo si eres China y buscas convertirte en la reina del mercado.
Un tren de mercancías que conlleva un alto coste
Echando una rápida ojeada a las cifras, nos queda clara la importancia que China le otorga al landbridge. En un período de 8 años (2011-2019) más de 6.200 trenes de mercancías han realizado la ruta que une el país asiático con Europa. Detrás de esta apuesta, una clara estrategia comercial que aspira a seguir aumentando progresivamente y alcanzar este mismo año los 4.000 trayectos por ejercicio.
Entre los beneficiados por este nuevo auge del tren de mercancías encontramos a las 35 ciudades chinas y los 34 países europeos que se ven conectados gracias a los trenes que recorren los más de 13.000 kilómetros que conforman la ya llamada Nueva Ruta de la Seda. Ahora bien, ¿es oro todo lo que reluce?
Pues todo hace indicar que no. Es complicado calcular los beneficios que las empresas chinas y europeas obtienen a través de esta ruta de trenes de mercancías, sobre todo lo es por las ayudas gubernamentales de las que disfruta. Ese dinero público pone la sospecha sobre la cuestión de la rentabilidad, más aún cuando sus responsables señalan el objetivo de optimizar la carga de los contenedores que circulan a bordo de este tipo de tren de mercancías.
Sin embargo, se sigue apostando por esta iniciativa y se espera su crecimiento para el próximo año. Explicar esta decisión es muy simple, sobre todo si atendemos al objetivo global que persigue el país asiático en todo este asunto.
¿El monopolio de la mano del tren de mercancías?
El hecho de que China lleve años apoyando una estrategia Landbridge con respecto a Europa se explica con una sola idea: el objetivo del gigante asiático no es otro que lograr una posición de dominio en el mercado europeo. Así ha sido desde el primer momento y, por tanto, los beneficios económicos han pasado a un segundo plano.
Evidentemente esto no significa que a las empresas chinas no les importe la rentabilidad, pero sí que actualmente lo que priman es lograr su desembarco en Europa. Y eso es precisamente lo que empieza a preocupar a muchos de los empresarios del mercado español, la omnipresente presencia que China podría tener en un futuro a corto plazo.
No son pocos los interrogantes que planean sobre esa teórica situación, la mayoría relacionados con las posibilidades que tendrían las compañías españolas para lograr competir con, por ejemplo, la mano de obra frente a su homónima en China. Si bien esta Nueva Ruta de la Seda actualmente les puede beneficiar para su apertura al comercio exterior, dependiendo del auge y presencia que adquiera China en nuestro territorio, la cosa puede tornarse en un arma de doble filo.
¿Es realmente una alternativa competitiva para España?
Lo cierto es que, si estudiamos los costes y los transit times que ofrece dicho servicio, nos encontramos que, pese a que como norma general se encuentra a medio camino entre el «elevado» coste del transporte aéreo y el «extenso» transit time del transporte marítimo, en el caso de España, este servicio pierde rápidamente competitividad ya que se declaran unos transit times de 23 a 25 días y unos costes demasiado por encima de un servicio similar en transporte marítimo.
Ahora bien, puede ser la mejor alternativa cuando el transporte aéreo sufre un gran incremento de precios, como está sucediendo con la afectación global del COVID-19 y el transporte marítimo declarada una serie de blank sailings con el fin de mantener una cierta estabilidad en sus niveles de flete.
¿Es el Landbridge (tren de mercancías), interesante para el mercado español?
En la actualidad, cuando uno piensa en logística y en grandes volúmenes de mercancías, piensa en transporte marítimo. Algo normal teniendo en cuenta que esta vía se ha afianzado como la más eficiente. Ahora bien, ser la óptima no significa ser la única a tener en cuenta.El ya conocido como tren de mercancías, como Landbridge,…también supone una gran alternativa de comercio, sobre todo si eres China y buscas convertirte en la reina del mercado.
Un tren de mercancías que conlleva un alto coste
Echando una rápida ojeada a las cifras, nos queda clara la importancia que China le otorga al landbridge. En un período de 8 años (2011-2019) más de 6.200 trenes de mercancías han realizado la ruta que une el país asiático con Europa. Detrás de esta apuesta, una clara estrategia comercial que aspira a seguir aumentando progresivamente y alcanzar este mismo año los 4.000 trayectos por ejercicio.
Entre los beneficiados por este nuevo auge del tren de mercancías encontramos a las 35 ciudades chinas y los 34 países europeos que se ven conectados gracias a los trenes que recorren los más de 13.000 kilómetros que conforman la ya llamada Nueva Ruta de la Seda. Ahora bien, ¿es oro todo lo que reluce?
Pues todo hace indicar que no. Es complicado calcular los beneficios que las empresas chinas y europeas obtienen a través de esta ruta de trenes de mercancías, sobre todo lo es por las ayudas gubernamentales de las que disfruta. Ese dinero público pone la sospecha sobre la cuestión de la rentabilidad, más aún cuando sus responsables señalan el objetivo de optimizar la carga de los contenedores que circulan a bordo de este tipo de tren de mercancías.
Sin embargo, se sigue apostando por esta iniciativa y se espera su crecimiento para el próximo año. Explicar esta decisión es muy simple, sobre todo si atendemos al objetivo global que persigue el país asiático en todo este asunto.
¿El monopolio de la mano del tren de mercancías?
El hecho de que China lleve años apoyando una estrategia Landbridge con respecto a Europa se explica con una sola idea: el objetivo del gigante asiático no es otro que lograr una posición de dominio en el mercado europeo. Así ha sido desde el primer momento y, por tanto, los beneficios económicos han pasado a un segundo plano.
Evidentemente esto no significa que a las empresas chinas no les importe la rentabilidad, pero sí que actualmente lo que priman es lograr su desembarco en Europa. Y eso es precisamente lo que empieza a preocupar a muchos de los empresarios del mercado español, la omnipresente presencia que China podría tener en un futuro a corto plazo.
No son pocos los interrogantes que planean sobre esa teórica situación, la mayoría relacionados con las posibilidades que tendrían las compañías españolas para lograr competir con, por ejemplo, la mano de obra frente a su homónima en China. Si bien esta Nueva Ruta de la Seda actualmente les puede beneficiar para su apertura al comercio exterior, dependiendo del auge y presencia que adquiera China en nuestro territorio, la cosa puede tornarse en un arma de doble filo.
¿Es realmente una alternativa competitiva para España?
Lo cierto es que, si estudiamos los costes y los transit times que ofrece dicho servicio, nos encontramos que, pese a que como norma general se encuentra a medio camino entre el «elevado» coste del transporte aéreo y el «extenso» transit time del transporte marítimo, en el caso de España, este servicio pierde rápidamente competitividad ya que se declaran unos transit times de 23 a 25 días y unos costes demasiado por encima de un servicio similar en transporte marítimo.
Ahora bien, puede ser la mejor alternativa cuando el transporte aéreo sufre un gran incremento de precios, como está sucediendo con la afectación global del COVID-19 y el transporte marítimo declarada una serie de blank sailings con el fin de mantener una cierta estabilidad en sus niveles de flete.